Francisco del Olmo: “Es difícil que sin trabajo podamos tener una buena salud mental”
El director médico del Complejo Asistencial Benito Menni, de Hermanas Hospitalarias, considera que Ciempozuelos es un referente en salud mental, donde el estigma hacia la salud mental se reduce gracias a la convivencia entre pacientes y vecinos.
Pregunta: ¿Qué es la salud mental?
Respuesta: No es una definición fácil. La OMS nos dice que la salud mental es un estado de bienestar mental. Como es una definición un poco escurridiza, se ha añadido que es un estado de bienestar mental que nos permite enfrentarnos a crisis vitales, trabajar, estudiar, tener relaciones significativas con la gente de alrededor y contribuir a la sociedad.
La salud mental es un objetivo, una aspiración. No es un estado en el que estemos constantemente. Ni tampoco es la ausencia de enfermedades mentales. La salud mental, igual que la salud, no es solo una cosa psicosanitaria. Por ejemplo, en la salud física, una de las cosas que contribuyó a que bajaran las infecciones fue el alcantarillado y el agua potable y no fue la medicina. En la salud mental hay muchas cosas que inciden en ella que no son cuestiones de psicología o de psiquiatría, sino que tienen que ver con si hay o no hay trabajo, si se tiene una vida digna, si hay relaciones humanas tolerantes…
P: ¿Estar sano mentalmente es no tener una enfermedad mental?
R: Podemos tener una no buena salud mental sin padecer una enfermedad mental. Es decir: si estamos teniendo un duelo, o estamos en paro, o estamos sufriendo, nuestra salud mental se resiente porque estamos sufriendo, pero eso no significa que tengamos una enfermedad. Y luego, además, están los trastornos mentales. Que ya son trastornos definidos en principio con unos síndromes que conocemos y una evolución que conocemos y que se llaman mentales porque sus manifestaciones están en el ámbito de lo mental; en el ámbito de la memoria, la percepción, el lenguaje, el pensamiento…
P: ¿Cuándo es el momento de pedir ayuda?
R: Una de las primeras cosas que tenemos que hacer es conectarnos, hablar con los demás. Eso ante cualquier sufrimiento, aunque aún se haya entrado en el terreno de los trastornos mentales. Evidentemente una sociedad se caracteriza como solidaria y justa si tenemos la capacidad de decir a los demás que estamos sufriendo, o si podemos protestar porque no tenemos trabajo, o ir a una manifestación para pedir una vivienda digna. En eso también está la salud mental.
Y luego está cuando podemos identificar los trastornos mentales. Hay muchos trastornos mentales que se pueden identificar de manera pronta también gracias a esa conexión con nuestro alrededor: con los profesionales, por ejemplo, si aparece una ansiedad.
Si aparecen los síntomas de los trastornos mentales y además, sobre todo, se manifiesta en que se resiente nuestro funcionamiento social, ocupacional o educativo de manera constante, hay que pedir ayuda a nuestro entorno y a los profesionales.
P: ¿Por qué antes no se hablaba de salud mental?
R: El concepto de salud en general es un concepto moderno. El concepto de enfermedad mental es muy antiguo pero el concepto de salud, salud como derecho, es mucho más moderno. Por un lado, esto. Luego existía es aspecto del estigma en la enfermedad mental.
El estigma es un fenómeno muy antiguo, digamos, no solo con las enfermedades mentales sino que es una reacción social. El estigma es algo por el que la sociedad pone una marca a una minoría social, una marca visible. Hay estigmas sobre minorías raciales, sexuales… Eso ha habido siempre, y lo hay sobre la enfermedad mental. Los ingleses dicen “no en mi patio trasero”, aquí se dice “sí, pero no aquí”.
Y el estigma provoca dos cosas fundamentales: que la gente no pida ayuda, por tanto los diagnósticos se retrasan, y también que en la persona que lo sufre se produce lo que se llama estigma interior. El estigma interior es que ellos mismos se creen lo que dicen de ellos. De hecho el estigma, en la enfermedad mental grave, se llamaba la segunda enfermedad y produce muchos más problemas en las personas estigmatizadas que la propia enfermedad a la hora de conseguir trabajo, de que te alquilen un piso… Eso está ahí, y por tanto la conversación social se detenía.
P: ¿Y por qué ahora sí ha entrado en el debate público?
R: Porque ha habido una crisis económica importante, una situación de sufrimiento social, y una pandemia, que hizo que mucha gente sufriera. Algunas veces era trastorno mental y otras no, o algunos trastornos mentales se han agravado y por eso ha surgido el debate social y bienvenido sea.
P: Doctor, habla de estigma. ¿Aquí en Ciempozuelos también existe?
R: Es cierto que Ciempozuelos es un sitio especial porque, por ejemplo, una de las cosas más potentes de la lucha contra el estigma, aparte de la educación, es el contacto. El tener contacto con personas con trastornos mental grave hace que, de alguna manera, disminuya nuestro estigma. Eso hace que, en Ciempozuelos, por el contacto, por las relaciones de vecinos, relaciones laborales, del día a día, el estigma se reduzca.
Pero, cuidado, porque el estigma siempre está. Por tanto, habiendo dicho que sí, que somos un modelo, no afirmemos que ya el estigma se ha pasado y somos perfectos.
P: Como director médico del Complejo Asistencial Benito Menni, ¿cómo definiría la relación entre los vecinos y los pacientes?
R: Yo creo que muy buena. Como una buena relación de vecinos. A ver, como en todas las relaciones de vecinos, en las reuniones de la comunidad siempre hay discusiones y conflictos, pero al final sobre cosas que se pueden resolver.
Nosotros, además, intentamos aportar cosas: cuando nos llaman de los institutos, cuando hacemos jornadas de puertas abiertas, cuando hacen voluntariado… Intentamos que el centro sea lo más permeable posible y que sea un vecino más. Eso hay que trabajárselo todos los días.
P: ¿Podríamos decir que Ciempozuelos es referente de salud mental en España?
R: Sí. Que da un ejemplo y que es un referente en convivencia, seguro. No hay más que comparar Ciempozuelos con algunos centros en otros en otros lugares donde la fricción es mucho mayor y no se ha pasado de la etapa de desconfianza. Aquí la convivencia es total y estamos implicados constantemente de un lado y de otro. En ese sentido, Ciempozuelos es un referente sin duda.
P: ¿Hacia dónde tiene que ir el debate sobre salud mental ahora mismo?
R: Hacia el hecho de que aceptemos lo diverso. Y que un problema de salud mental es un problema más de las personas. Sabemos que un 20% de nosotros, 1 de cada 4, tendrá un trastorno de salud mental a lo largo de su vida. Si vamos a ser uno de cada cuatro los que vamos a tener un trastorno de salud mental va a ser difícil hacer una distinción entre nosotros y ellos.
P: ¿Qué le gustaría reivindicar en el Día Mundial de la Salud Mental?
R: Este año el lema es sobre el trabajo: “Trabajo y salud mental, un vínculo necesario”. Y yo creo que es una buena reivindicación. Tanto para la gente sin diagnóstico de salud mental, para la gente con buena salud mental, para mantenerla. Porque el trabajo el trabajo es un derecho para todos. Muchas veces, el tener un trabajo hace que nos sintamos miembros y participes del bienestar de nuestra sociedad y, por tanto, es difícil que sin trabajo podamos tener una buena salud mental.
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