La igualdad no es un juego.

Se acercan días de una mayor cercanía con nuestras hijas e hijos. Las vacaciones escolares nos permitirán pasar más tiempo en familia y compartir los importantísimos momentos dedicados a jugar.

Los juegos son unos de los cauces más naturales de socialización de la infancia. Con ellos se conforma la personalidad y se desarrollan habilidades de relación social. Forman parte del proceso educativo.  Por eso es fundamental que nos los tomemos muy en serio.

Se acercan, además, unas fechas en las que es tradicional regalar nuevos juguetes. Y es bueno pensar nuestros regalos antes de hacerlos: porque con los juguetes y los juegos se aprende a vivir con las demás personas.

El Ayuntamiento de Ciempozuelos se une a las campañas abiertas contra el sexismo y anima a las familias a combatirlo, también a través del juego, regalando juguetes no sexistas ni violentos y procurando una práctica no sexista de los juegos.

Decálogo sobre juguetes no sexistas ni violentos

Algunas preguntas y respuestas sobre los juguetes sexistas

1.- ¿Por qué forzar a las niñas a jugar con juguetes (que tradicionalmente se consideran de niños y viceversa) cuando espontáneamente no lo harían?

No se trata en ningún caso de imponer nada, ni de forzar a nada, ni a nadie y tampoco de prohibir, en realidad el problema estriba en considerar “espontáneo”, “innato”, “connatural” algo que es “aprendido”, “educacional” y “cultural”. Nuestros niños/as imitan pautas de conductas observadas en los mayores, asumen los roles vividos en sus casas, en el colegio, en la calle y los reproducen fielmente. Del mismo modo interiorizan la valoración que estos roles adquieren en la sociedad. Lo importante es ofrecerles nuevos patrones y modelos de relación entre géneros.

No consiste tanto en que los niños deban jugar con muñecas y las niñas con coches, como en superar la dualidad tradicional “esto es de niños” y “esto es de niñas”, y permitir que los juguetes sean empleados por ambos sexos indistintamente; de hecho, si observamos la realidad, tanto niños como niñas juegan con muñecos, es una necesidad. El que unos muñecos sean para niñas y otros para niños es culpa nuestra. Sería conveniente fomentar el deseo en las/os menores de romper barreras o cotos privados así como la curiosidad por lo desconocido, lo nuevo, lo no experimentado comprobar vivencialmente lo atractivo que pueden resultar estas nueva actividades.

2.- ¿Qué pasa cuando a un niño que intenta jugar a las casitas o a las muñecas le discriminan y le llaman nena?

Cuando a un niño lo llaman “nena” nos tenemos que preocupar por el valor que tiene este insulto para él. Esta burla no tendrá tanta repercusión en un niño que observa que sus modelos referenciales, personas que admira (padre, hermano, un amigo, su profesor) realizan con gusto y satisfacción aquellas actividades por las que a él le llaman nena. Aunque la existencia de estos patrones es primordial, será necesario que además el niño tenga confianza en sí mismo y que reforcemos su autoaprecio, su autonomía, etc. No olvidemos que la educación para una sociedad no-sexista exige una educación para la resolución de conflictos y esto podrá realizarse de forma positiva, creativa y constructiva en la medida que el niño tenga seguridad en sí mismo y en el medio que le rodea.

Aunque los patrones de comportamiento se buscan en personas del mismo sexo, esto no significa que educadores de otro sexo no puedan realizar una discriminación positiva hacia actitudes y comportamientos tradicionalmente clasificados como del “sexo contrario”, así será muy valiosa su aportación cuando resalten y ensalcen manifestaciones de ternura, de sensibilidad, de tacto, de preocupación por los compañeros y compañeras, etc. por parte de los niños. Fomentar nuevas capacidades psicológicas, manuales, físicas e intelectuales no sólo favorecerá la convivencia entre sexos, sino que además enriquecerá a las niñas y a los niños como personas.

3.- Cambiar los juguetes antes de que cambie la sociedad, ¿no es empezar la casa por el tejado?

La realidad que vemos es que nuestra sociedad está en un proceso de cambio, y los juguetes representan la sociedad de hace 20 años, pero no la de ahora. No es cierto que la mujer esté actualmente encerrada en casa y no tenga otra opción profesional. No es cierto que los hombres no cambien pañales o den de comer. No es cierto que la familia “normal” tenga padre y madre. Y cada día que pasa estas afirmaciones van a ser menos ciertas. El hecho de que los mass-media, la publicidad, los cuentos infantiles sigan dando una imagen del pasado es algo ante el que poco podemos hacer, tan sólo no comprar o no mirar. Pero de los juguetes que compramos somos totalmente responsables. ¿Los juguetes que regalamos a nuestras hijas/os son juguetes para le pasado, o son juguetes para el futuro?

4.- Las niñas al integrarse en los juegos de “sólo para chicos” se sienten en inferioridad de condiciones: fuerza, agilidad, …¿no es esto más contraproducente, sobre todo para la autoestima, que simplemente no jugar?

No es cierto que las niñas sean menos ágiles que los niños y es muy discutible que sean menos fuertes. Para saltar a la goma de hecho se necesitan habilidades complejas y diversas, tanto o más que para jugar al fútbol. Lo que sucede normalmente cuando una niña intenta jugar al fútbol por primera vez es que argumentarán que juega mal porque “es niña”, por el contrario cuando un niño juega por primera vez, le dirán que es novato y patoso; contra ésto podrá luchar e intentar superarse, contra “ser niña” no se puede hacer nada, excepto ser conscientes de que eso no es ninguna limitación real para realizar cualquier tipo de actividad, sino un estereotipo cultural.

No debemos olvidar, no obstante, que si bien las niñas sufren las consecuencias de unos estereotipos que acortan y limitan sus potencialidades, los niños sufren las exigencias impuestas por la sociedad a los “machos”, que en muchas ocasiones pueden ser asfixiantes y originar complejos.

5.- Puesto que las niñas son las que generalmente se integran dentro de los juegos de los niños y no tanto al contrario, ¿cómo lograr que aparezca interés por parte de los niños hacia juegos considerados de niñas?

Es lógico que par las niñas sea más fácil jugar a “juegos de niños”, que al revés, ya que existe una actitud generalizada, inmersa en todos los aspectos culturales y sociales, de desvalorizar aquellas tareas, valores y capacidades asignadas a las mujeres. Tendremos que revisar nuestro papel como educadores/as, los valores explícitos e implícitos, y desde un análisis crítico trabajar para la consecución de un verdadero cambio de actitudes. No es el mejor camino para lograr que los niños salten a la comba tener que decirles que los boxeadores, para mantener su fuerza física, realizan este ejercicio muy a menudo.

Aunque los mensajes de discriminación por sexo no dependen tan sólo de nosotros/as (existe multitud de emisores a los cuales son sensibles: familia, medios de comunicación, calle, escuela, …) Deberemos ir facilitando y potenciando que los juguetes y juegos no reproduzcan roles tradicionales discriminatorios y que puedan ser utilizados del mismo modo por niñas y niños.

Que esta potenciación comience muy pronto, y que todas las personas que intervienen en la educación de un niño/a sean coherentes con esto son las claves del éxito.

Tomado de EDUALTER (Red de recursos en educación para la paz, el desarrollo y la interculturalidad)